miércoles, 9 de julio de 2008

Palabras destacadas

Durate la Sesión del 4 de julio en la Cámara de Diputados de la Nación se aprobó el proyecto de ley por el cual se ratifican las resoluciones MEyP 125 del 10 de marzo de 2008, con sus modificaciones y complementarias, sobre retenciones agropecuarias. Entre los 122 diputados y diputadas que dieron voto negativo en esa oportunidad estaba María Elena Martín, diputada por Santa Fe.

Aquí un video del programa televisivo Hora Clave en cual Grondona destaca el discurso de María Elena Martín entre aquellos que se opusieron al proyecto.


Aproximadamente a las 7 de la mañana la Diputada Nacional por nuestra provincia pronunciaba, en la cámara baja de la Legislatura Nacional, las siguientes palabras (tomadas de la versión taquigráfica provisoria de dicha sesión):

Sra. Martín.- Señora presidenta: después de veinticuatro horas de vigilia, voy a tratar de agregar algunos argumentos para fundar mi voto contrario a la propuesta del bloque oficialista.

En primer lugar, considero fundamental el respeto que debemos dar a una norma que representa un pacto de convivencia y una conducta esencial: la Constitución Nacional.

La Constitución Nacional, en materia de distribución de competencias para establecer los tributos, impone una limitación que no ha sido respetada. Se trata de una restricción en cuanto a la distribución de competencias internas, pero también una norma de conducta que debemos seguir en relación con el resto de los estados de la comunidad internacional en que vivimos. Esto no se ha respetado hasta el momento.

Nuestro país ha suscripto el Tratado de Asunción, que establece reglas de libre comercio entre las naciones del MERCOSUR, porque nuestros países consideran que crecer es llevar la producción más allá del límite de nuestras fronteras.

En consecuencia, a partir de este tratado ha surgido un programa progresivo de restricción a los aranceles establecidos en materia de derechos de exportación. Hay un compromiso de no establecer nuevos derechos, salvo que se cuente con el consenso de todos los países del Mercosur.

Quiero relatar un hecho que se ha producido con motivo de la aplicación de estas normas de conducta. Lógicamente, a veces hay conflictos entre los países por la aplicación de derechos de exportación, y los conflictos se solucionan en el marco de un tribunal arbitral del Mercosur que ha tenido oportunidad de pronunciarse en esta materia. Esto motivó un reclamo de Uruguay respecto de derechos de exportación que Brasil mantenía por el tabaco, del que aquel país era comprador. Sucedió que Uruguay interpuso una petición controversial pero Brasil no la respondió, pues antes de que se produjese el laudo presentó en el tribunal un decreto de su país por el cual dejaba sin efecto los derechos de exportación que afectaban a Uruguay, transformando así la cuestión en abstracta. Esto significa que respetó su norma de conducta aun a costa de volver atrás con resoluciones que había adoptado, informándolo al tribunal arbitral.

Otro aspecto que me llevó a votar en este sentido es la suerte o la desgracia, la tranquilidad o la intranquilidad de saber que el precio de la canasta familiar en la Argentina está determinada por nuestros costos internos. Si algo es seguro es que el precio de la canasta familiar está determinado por los costos de nuestra producción local. La expectativa del productor en nuestro país es a largo o mediano plazo, pero la necesidad de los alimentos es para hoy, de manera que estas retenciones no inciden en la determinación de la canasta familiar.

Otro argumento se relaciona con la gente que realizaba sus reclamos y desesperadamente pedía amparo a quienes teníamos algún tipo de representación para adoptar una decisión respecto de estas resoluciones.

Quiero comentar dos episodios. Uno se refiere a la conmovedora expresión de un productor del norte de mi provincia, un hombre de trabajo que siempre había transmitido rectitud a sus hijos, que se debatía ante el dilema de tener que explicar que estaba al borde de una ruta tomando decisiones desesperadas para defenderse de una incertidumbre muy grande que tenía respecto a la supervivencia de su fuente de trabajo. Realmente era dramático ver cómo esta persona se debatía en ese dilema ético.

Por otra parte, muchos jóvenes manifestaban su desesperanza frente a estas medidas, porque las alejaba de la posibilidad de seguir viviendo en su tierra.

Finalmente, quiero brindar una breve reflexión: tenemos que estar convencidos de que la grandeza de nuestro Estado y de nuestro país depende no solamente de allegar recursos con los que el Estado pueda sostener lo que llamamos el bienestar general. La grandeza de nuestro Estado depende además de que esté sustentado en sólidos valores.

No va a haber grandeza nacional a costa de cualquier cosa, a costa de apelar sin límites a cualquier medio. No habrá grandeza nacional si no nos sustentamos en valores que integren y contengan a todas las realidades de nuestro país.

Para ver el texto sancionado en la sesión click aquí.
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Para ver los resultados de la votación en particular del Artículo 1º click aquí.
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Para ver la versión taquigráfica provisoria de la sesión (con todos los discursos) click aquí.

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